¿Te gastas el dinero y no sabes en qué? ¿Terminas en deudas porque nunca te alcanza para el gasto y mucho menos para ahorrar dinero? Para vivir mejor es necesario aprender cómo mejorar tus finanzas personales.
Estar económicamente en forma lleva tiempo, y requiere paciencia y disciplina. Hagámos una rápida evaluación.
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Aprende a cómo mejorar tus finanzas personales
Responde a las siguientes preguntas para evaluar tu situación personal.
- ¿Se te acaba el dinero antes de recibir tu próxima quincena?
- ¿Utilizas tarjetas de crédito porque no tienes efectivo para pagar por el supermercado, gasolina o salidas a comer?
- ¿Compras muebles a través de financiamiento porque no tienes dinero para pagarlos en efectivo?
- ¿Alquilas vehículos en vez de comprarlos porque el pago mensual del préstamo quedaría fuera de tus posibilidades?
- ¿Te endeudas para cubrir los gastos de una emergencia médica o la pérdida de tu trabajo?
- ¿Sientes que necesitas comprar cosas que en realidad no puedes costear para mantener el mismo nivel de vida de tus amistades?
No te preocupes si contestaste “sí” a alguna, o todas, de estas preguntas.
¡Las estadísticas muestran que la mayoría de las personas en Estados Unidos no pueden mantener el nivel de vida que llevan!
Una nación en deudas
Saquemos las cuentas:
Un estudio publicado en 2017 por The National Endowment for Financial Education y realizado por Harris Poll® reveló que casi la mitad (48%) de los adultos en Estados Unidos viven de cheque en cheque. Indican que las deudas de tarjetas de crédito, problemas laborales y gastos en renta o hipoteca son las razones principales por las que no les rinde el dinero.

Un análisis publicado en mayo de 2017 por Federal Reserve Bank of New York, demostró que las cifras de endeudamiento en nuestros hogares han alcanzado cifras récord.
Los consumidores en este país deben más de $12.73 billones de dólares en hipotecas, vehículos, préstamos estudiantiles, bolsas de diseñador, camionetas pickup y tenis Adidas, entre otras cosas.
$12,730,000,000,000
Es decir, $149 mil millones (12% más) más que el último cuarto de 2016.
Para entendernos, a pesar de las apariencias y según las estadísticas, la mitad de las personas a tu alrededor viven un estilo de vida que en realidad no pueden mantener económicamente.
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Las apariencias engañan
Consideremos los siguientes escenarios:
Aviso: Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia
- Piensas que tienes tus finanzas en orden porque tus ingresos te permiten vivir un estilo de vida cómodo, gozando de felicidad instantánea al comprar costosos zapatos, carros y comidas en restaurantes de prestigio.
- Si eres mujer te llena de satisfacción pasearte por la oficina en tus nuevos tacones de marca, haciendo que las cabezas de tus compañeras giren en tu dirección para notar inmediatamente esa nueva bolsa de diseñador que cuelga de tu brazo. Cada semana luces un ajuar diferente. Te haz convertido en un ícono de la moda entre tus compañeras y un ejemplo al que aspiran llegar a ser algún día.
- En el caso de los caballeros, ustedes se sienten orgullosos de manejar esa nueva camioneta pickup con cabina extendida, vidrios polarizados y sistema de sonido mejorado. Esos camionetones traga-gasolina se han convertido en el símbolo de éxito y poder, sin mencionar que también son la fantasía de todo hombre.

¡Para eso es la vida!
Con toda honestidad, ¡para eso es la vida, para vivirla bien y disfrutar de todas las comodidades que el dinero nos puede comprar!
Nada se compara a ese sentimiento de poder y estatus que nos da el lucir ese nuevo par de tacones Jimmy Choo, sumamente incómodos pero bellos. O manejar esa camioneta pickup en la carretera, echando miradas de inferioridad a los conductores de otros autos aparentemente inferiores al nuestro.
Nuestras pertenencias nos hacen sentir muy bien. Eso es cierto hasta el momento en que caemos en nuestra cruda realidad.
La cruda realidad
Sales del trabajo, llegas a tu casa y abres el correo. Te encuentras con el horror de que han llegado una docena de cobros. ¡Hay suficientes para repartir en un juego de baraja!
Hay estados de cuenta de tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles y pagos de los autos, entre mucho correo chatarra. Mientras abres cada uno de los sobres te preguntas, ¿cómo me voy a deshacer de estas deudas?
Por más satisfacción inmediata, sentimientos de felicidad y aires de grandeza que nuestras pertenencias nos hacen experimentar, vivir con deudas y financiando a tarjetazos nuestro estilo de vida no nos conducirá a la estabilidad financiera.

¿Qué pasaría si pierdes tu trabajo? ¿Y qué si tuvieras una emergencia médica y no pudieras regresar a trabajar?
Estas son preguntas reales que no nos hacemos al comprar carros, casas y muebles que en realidad no podemos costear.
En muchos casos elegimos endeudarnos no solo porque los vendedores nos ruegan solicitar un préstamo, sino también porque no contemplamos la idea de que comprar lo que deseamos SIN recurrir al crédito.
La sociedad del consumismo
Vivimos en una sociedad donde se fomenta el consumismo. Culturalmente nos han lavado el cerebro para comprarlo todo a crédito.
Fácilmente cualquier persona mayor de 18 años puede solicitar y obtener una tarjeta de crédito. Se nos ha hecho creer que el crédito es nuestro camino hacia la riqueza.
Pero en realidad no lo es. Las deudas crean una ilusión de prosperidad económica, hasta que los golpes de la vida nos muestran la cruda realidad.

¿ Cómo mejorar tus finanzas personales ?
Aprender a administrar, ahorrar dinero y acumular riqueza no es nada fácil. A mí no me enseñaron como hacerlo en la escuela. Mis padres me enseñaron a no pedir dinero prestado y ahorrar. Eso es todo lo que yo sabía de dinero.
Pero la vida siempre encuentra la forma de enseñarnos valiosas lecciones. Esta es la historia de cómo yo me di cuenta de que necesitaba poner mis finanzas personales en orden.
Aprendiendo a golpes
Después de graduarme de la universidad, casarme y formar una familia, nunca había considerado la remota posibilidad de perder mi trabajo. Puedes llamarme ingenua, porque lo era.
Yo asumí que mi esposo y yo siempre tendríamos trabajo. En mi cabeza los desempleados eran personas flojas que preferían vivir de su cheque de asistencia social del gobierno que salir a trabajar.
Pero durante la recesión de 2008 aprendí una importante lección sobre el desempleo. Mi esposo perdió su trabajo como Administrador de Proyectos en una planta manufacturera de Phoenix, Arizona. “Vamos a trasladar tu posición a México“, le dijeron.
Las compañías estaban despidiendo gente a diestra y siniestra, y de repente nos veíamos frente a la realidad que nunca creí posible.
Ahora teníamos que vivir con un sólo ingreso, el mío, con un estilo de vida que dos salarios nos había proporcionado.
Teníamos que pagar una hipoteca, deudas de tarjeta de crédito, dos préstamos de autos y préstamos estudiantiles.
Nuestra situación no era diferente a la del consumidor estadounidense promedio, pero ahora teníamos que lidiar con el efecto dominó de la pérdida de un ingreso.
El efecto dominó
Con el paso del tiempo nuestra cuenta de ahorros comenzó a disminuir. Recuerdo un día pensar que era una bendición contar con una tarjeta de crédito, en caso de que necesitáramos un tarjetazo para pagar la gasolina y las compras del supermercado.
Una tarde abrí el correo y descubrí que nos aumentarían el interés de la tarjeta de crédito en nuevas compras. Se me hizo un hueco en el estómago. ¡Debe ser un error!
Habíamos estado pagando la deuda sin incurrir en nuevos gastos, nuestro saldo no estaba creciendo.
Esa es una de las muchas lecciones que aprendí sobre dinero, deudas y compañías de tarjetas de crédito. Te prestan dinero porque saben que van a ganar más cobrándote intereses.
Pero esta tarjeta de crédito nos estaba “castigando” con una nueva tasa de interés de 15 por ciento, sin razón alguna.
Fue cuando caí en cuenta, el incremento se debía a que no estaban ganado suficiente dinero con nuestra deuda. Estábamos, poco a poco, deshaciéndonos de ella.
Hasta llamé para quejarme pero no logré nada. Justo cuando pensaba en que tener una tarjeta de crédito me sacaría de problemas aprendí una gran lección.
Ese mismo día decidí que pagaríamos esa tarjeta lo más pronto posible y que nunca volvería yo a lidiar con compañías de tarjetas de crédito.
En retrospectiva
En retrospectiva esa pérdida de trabajo fue una gran oportunidad de aprendizaje. Hoy, estoy agradecida de que haya ocurrido.
La pérdida del empleo de mi esposo y los problemas económicos que nos causó, me abrieron los ojos a la necesidad de aprender a ahorrar dinero y a poner en orden nuestras finanzas personales para vivir mejor.
Sufrimos mucho estrés, ansiedad y hasta depresión, todo por no saber cómo manejar nuestro dinero y prepararnos para una mala racha.
Yo no sabía nada de tener una cuenta de ahorros para emergencias, inversiones para el retiro, ahorros para los costos universitarios de mis hijos, así como el nuevo hábito que tenemos de ahorrar para pagar en efectivo por compras costosas como carros y vacaciones.
Vivíamos como todos los demás, dependiendo del crédito para financiar nuestras “ordinarias” vidas.
No te desesperes
Si estás pasando por una situación difícil te tengo buenas noticias.
Las dificultades son temporales.
Esto va a pasar, y si haz decidido ahorrar dinero y tomar el control de tus finanzas personales, plantarás la semilla de la estabilidad financiera en tu vida.
Afortunadamente nosotros salimos de la mala racha más fuertes y con más sabiduría. Logramos vivir con un solo ingreso y pagar nuestras deudas. Cuando mi esposo encontró trabajo los saldos de nuestras cuentas de cheques y ahorros aumentaron.
En control de tu dinero
El día de hoy me siento muy satisfecha de mi situación económica. Si tuviéramos que enfrentar otra pérdida de ingresos, nuestra experiencia sería completamente diferente.
La cuenta de ahorros para emergencias que hemos construído nos mantendría por mucho tiempo, sin tener que revivir el estrés y la ansiedad de 2008.
Aprendimos que es posible vivir, ahorrar dinero y adquirir las cosas que queremos sin tener que endeudarnos. Estamos comprometidos a pagar en efectivo por todo lo que compramos, desde comida hasta vacaciones y autos.
¿Haz decidido aprender cómo mejorar tus finanzas personales ?
Cambiar el curso de tu situación económica es muy posible, pero debes admitir tus errores, asumir la responsabilidad y comprometerte a vivir sin deudas.
Deja de utilizar tu tarjeta de crédito para ponerle gasolina a tu carro nuevo. Si no tienes dinero para alimentar a esa bestia traga-gasolina, tampoco puedes darte el lujo de tenerla. Hay que tener humildad para admitir que hay una mejor forma de vivir bien sin depender del crédito y vivir en la quiebra.
No quiero que pases dificultades económicas. Quiero que lleves un estilo de vida a gusto y lleno de satisfacción y tranquilidad, algo que las no puedes adquirir a través de las deudas.
¡Comparte tus lecciones de vida y dinero!
¡Si haz decidido aprender cómo mejorar tus finanzas personales y cambiar tu realidad, estás en el lugar adecuado!
A través del blog y de mi podcast ¡Así Vivo Mejor! , publicaré una serie de artículos, entrevistas y reflexiones para guiarte por el proceso que yo adopté para vivir financieramente en forma.
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Compartiré contigo mis estrategias para crear un presupuesto, ahorrar dinero, pagar deudas y contribuir al futuro financiero de tu familia.
En conclusión: Cómo mejorar tus finanzas personales
Recuerda que las dificultades son temporales y que si estás pasando por un mal momento puedes buscar apoyo. ¡Aprende de mis errores!
Si quieres vivir mejor toma hoy la decisión de aprender cómo mejorar tus finanzas personales y hacer decisiones inteligentes con tu dinero.
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